Sé consciente de esa energía en movimiento que aparece en ti y déjala expresarse.
Cada emoción tiene un mensaje para ti – todas te llevan a tomar conciencia de los pensamientos que las han hecho brotar en tu sentir. Si las ocultas, solo se acumularán en tu interior y te causarán más dolor precisamente porque no quieres mirarlas. Y solo mirándolas de frente y haciéndote plenamente responsable de ellas podrás dejarlas ir.
No hay dieta que pueda «solucionar» tus emociones, no es un cuerpo más bonito o más esbelto lo que buscas. Quizá en un estrato más profundo puedes pensar que buscas la aprobación externa y por eso tratas de alcanzar un ideal (o al menos una mejora) en tu apariencia. Pero esa tampoco es la razón real.
Hay un motivo más profundo, más oculto en tu psique – lo que deseas realmente es dejar de sentir el rechazo y el dolor que hay en ti. El ego entonces busca algo con lo que atraparte y que justifique tu conflicto interno, y te dice que te sientes así por tu apariencia física. Crees que bajando de peso, tus emociones (a las que llamas negativas) desaparecerán. Pero no es así, seguirán intactas, porque solo una mirada libre de juicio y un corazón decidido a sentir con total apertura puede trascender el dolor que hay en tu mente y que te genera esos estados que te alejan de la paz interior.
Recuerda, lidiar con los efectos no da resultados verdaderos. Busca la causa de tu malestar en tu mente y la encontrarás ahí, pues está esperando para ser revelada.
Las emociones tienen una frecuencia vibratoria que puede armonizar o desequilibrar nuestra energía. Cuida tus pensamientos, vigila tus palabras, ajusta tus emociones, haz consciencia de tus acciones… caminos hay muchos, elige uno y BRILLA!
Y eso, por supuesto, se puede aplicar a cualquier cosa en tu vida.